“¿Por qué está tan tranquilo?” - Una historia sobre las diferencias culturales en el trabajo
Eres un Director americano en medio de una semana repleta. Es miércoles por la mañana. Tienes una presentación importante el viernes, tres informes pendientes y la bandeja de entrada a rebosar. Ya estás en tu mesa, con el café en la mano, listo para afrontar el día.
A las 9:05 AM, su Empleado latino entra sonriendo, relajado.
Saluda cordialmente a todos: - “¡Buenos días! ¿Cómo están todos?”
Charla brevemente con un compañero de trabajo, va al baño y finalmente se instala en su mesa sobre las 9:15, aparentemente moviéndose a media velocidad.
Miras el reloj.
Tu monólogo interior: “¿No se da cuenta de lo importante que es esta semana? Tenemos un plazo. ¿Por qué no se da prisa?”
Empiezas a sentir una mezcla de frustración y confusión.
Parece tranquilo... demasiado tranquilo.
Hagamos una pausa: ¿Qué está pasando aquí realmente?
No se trata de pereza o falta de responsabilidad. Se trata de diferentes lentes culturales-dos formas válidas de ver el lugar de trabajo.
Usted (el Gerente Americano) viene de un:
- Cultura orientada a las tareas
- Estilo de comunicación poco contextualizado
- Fuerte creencia en puntualidad y eficacia
Para ti, el tiempo es oro. Empezar cinco minutos tarde es como quedarse atrás. Quieres respuestas directas, planes de acción claros y una urgencia visible.
Es probable que su empleado latino proceda de un:
- Cultura relacional
- Estilo de comunicación de alto contexto
- Una visión flexible del tiempo, en la que las personas importan más que el reloj
Para él, el día empieza con conexión. Saludar a los compañeros demuestra respeto y cordialidad. Entrar sin reconocer a los demás puede parecer descortés o incluso irrespetuoso.
También puede suponer que si la fecha límite es el viernes, aún hay tiempo, y si algo es realmente urgente, se lo dirás claramente. Está leyendo tono y lenguaje corporal, no sólo palabras.

¿Qué puede hacer?
Si eres el director:
- En lugar de pensar, “No le importa,” prueba a preguntar: “Oye, ¿puedo consultar contigo el calendario de la tarea del viernes?”.”
- Sea directo y claro, pero mantenga un tono cálido.
- Considere la posibilidad de iniciar las reuniones con dos minutos de charla informal: en muchas culturas latinas esto genera confianza.
Si eres el empleado:
- Entender que en el lugar de trabajo de EE.UU., el tiempo está muy estructurado.
- Un rápido “hola” está muy bien, pero mostrar urgencia cuando es necesario es la clave.
- Si no está seguro de la seriedad de un plazo, pregunte directamente: “¿Es un plazo firme o hay cierta flexibilidad?”.”
Reflexión final: No es un error, es cultural
Lo que parece un comienzo lento a una persona puede ser un calentamiento respetuoso a otro. Y lo que parece urgencia a uno puede parecerle presión en frío a otra persona.
Una vez que aprendemos a detectar estos códigos culturales, dejamos de juzgar y empezamos a colaborar mejor.
Para más información sobre las diferencias culturales, consulte nuestra entrada anterior. aquí.
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